miércoles, 18 de diciembre de 2013

Palabras...




 

 
 
 
 
 
Hoy me fijo en tus hechos,
 
 no en tus palabras.
 
Nuevamente, no concuerdan.
 
Mientras esperas tiempo
 
escapo de tus redes, lentamente,
 
intentando no caer en el vacío,
 
evadiendo pensamientos grises,
 
noches frías, soledades junto a tu presencia;
 
escarbando, con mis dedos,
 
en busca de alimento para el alma.
 
Hoy me fijo en tus acciones,
 
sin percatarme de tus palabras,
 
ya mudas, caducas, inertes;
 
palabras sin significados,
 
enlazadas, tristemente,  con
 
acciones sin consecuencias;
 
proyectos caducados,
 
sin apenas comenzar.
 
Vacío.
 
No queda ya nada de qué hablar,
 
ambos nos repetimos, constantemente.
 
¡Se puede hablar tanto y no decir nada!
 
Cuando, simplemente… bastaba una mirada.
 
 
 
Irene Bulio © 2013

martes, 17 de diciembre de 2013

Lágrimas...


 
 
 
 
Las lágrimas acuden a su rostro
como valientes soldados a la batalla,
dispuestos a proteger con su vida
su triste y compungido corazón.
Salen de sus lacrimales, unidas,
sin que nadie las llame, en fila…
para recorrer sus mejillas y acabar
estrechas, vacías, sin aliento,
en la comisura de sus labios.
Llegadas a este punto,
un dedo acusador  las aplasta,
y una sonrisa las intenta dejar
 en el olvido, como si nada hubiese pasado.
Pero sus ojos, rojos, desde antaño
en contraste con el verde de su iris,
delatan a estas valientes.
Nadie las llama, ellas acuden, siempre serviles
dispuestas, como soldados fieles
 con la única misión de custodiar
el castillo de su corazón.
¡¡Gracias lágrimas!!
 
(Foto tomada de internet - Autor desconocido)
Como amoniaco  limpian su dolor,
evitando que doña Tristeza acabe con su vida,
que doña Meta regrese a sus arterias,
que don Nuevo Sueño  eche a Tristeza
de las oquedades de su corazón.
Doña Sonrisa llega de nuevo,
como una reina, como  una Diosa,
y toma posesión del Castillo de su Corazón.
¡¡Gracias lágrimas!!
Fieles lágrimas, que aplastan el dolor,
Y permiten brotar una nueva ilusión.

 

Irene Bulio © 2013