jueves, 18 de julio de 2013

El puente.

Foto de autor desconocido, descargada de internet.
 
 
 

Una palabra  y un recuerdo,
Miles de ideas se agolpan,
queriendo entrar en mi mente.
Recuerdos de antaño;
dolor y pasión —ambos extremos—
ahora yacen entremezclados,
meciendo mis sueños,
amamantando mis miedos.
 
Mi alma yace como un viejo baúl, en un rincón,
lleno de grietas por el paso de los años,
con la falta de unos brazos que lo hidraten,
unas manos, las yemas de unos dedos…
la humedad de unos besos desbocados,
el susurro de una respiración agitada,
y la ilusión de un vivir apasionado.
 
 
Ese es el caro precio que se ha de pagar
por creer que no merecías vivir tus sueños,
por permitir que otros limitaran tus sonrisas,
por dejar que dirigieran tu vida,
por no regalar un puente nuevo…
o quizás dos… uno para él y sus miedos…
otro para ti y tus sueños…
 
 
 
 

Irene Bulio © 2013

 

martes, 2 de julio de 2013

Nuestras vidas


 
(Imagen de autor desconocido, tomada de internet)

Nuestras vidas... 

 
Delicada es la vida que elegimos. Tomemos el camino que tomemos estamos decidiendo nuestra felicidad o nuestra condena, y siquiera nos damos cuenta.
Nos pesa la educación, nos pesa la familia, nos pesan los amigos, nos pesan nuestros miedos... y al final todo pesa tanto que nos impide volar hacia ese futuro deseado. Lo hemos soñado en silencio, y en ese mismo silencio, bañado de tristeza, abandonamos lo que un día nos hizo palpitar el corazón.
Comenzaste ya a caminar...  Sigues la senda marcada; ya no te planteas nada, estás haciendo lo que debes, lo que se espera de ti, lo que todos creen que te llevará al éxito, a ser feliz... Pero tu corazón está triste; siente como pasan los años y cada vez está más débil, late más lento, la sangre que le llega le trae menos oxígeno y se siente asfixiar.
De repente piensas en por qué elegiste ese camino y no otro... Realmente hay tantas respuestas y ninguna es lo suficientemente poderosa.
Miras hacia los lados, buscas otra senda... Para llegar a ella has de pisotear el césped de las ideas que las personas a las que amas tienen de ti, lanzarte al abismo de dejar todo atrás, caminar en un camino iluminado sólo con la luna, y a veces incluso en una noche lúgubre y fría, sin apenas estrellas... ¿Merecerá la pena cambiar de camino? ¿Estás seguro-a de que quieres llegar al destino que éste te lleva?
Te subiste en el tren equivocado. Compraste un billete de primera y para ello lo dejaste todo: tus sueños, tu lucha, tus noches sin dormir, tus deseos... y te sientes viajar en el vagón de las reses... lleno de heno y olores que no son lo agradable que esperabas. A tu lado no viaja alguien mirando en la misma dirección... Si acaso es alguien  que permanece, pero que no estuvo nunca; le sientes como si  unos grilletes se tratase, como unas cadenas, como un aire viciado que te impide respirar... ¿Y aún crees que estás en el camino correcto?
Siéntate a descansar, observa, disfruta de lo que puedas, y luego decide... ¿Podrás llegar por ese camino a la Felicidad? ¿Estás en condiciones ahora de cambiar a otro que sí te lleve, o simplemente pretendes volver atrás? El ayer ya no existe, ni existirá... Piensa en un mañana... en tu mañana. ¡Créalo! Sí, créalo a tu medida, camina con un calzado adecuado y cuando llegue el momento, quizás con un leve salto, o ayudado con las brillantes alas de la ilusión, puedas acceder directamente a él.
¡¡No te des nunca por vencido-a!! Tú te mereces caminar por tu propio camino, uno nuevo creado a tu medida. No importa la senda transitada, lo importante es dónde está tu cielo, bajo qué estrellas decidirás dormir esta noche... ¡¡Dulces sueños!!
 
Inma Flores © julio 2013